martes, 30 de junio de 2009

A veces mi gallinita negra entraba a la casa
y se apostaba arriba del televisor.
Al principio nadie la notaba
pero de pronto se introducía en los ojos
y desde entonces era imposible
no verla.
Si bien era mi mascota y la quería
no parecía ella, así inmóvil.
Era como un presagio
o el mar de noche
o un choque de automóviles.
No se parecía a ella,
encandilada, en trance.
La sujetaba rápido y la llevaba al jardín,
recién ahí la reconocía
pero por un buen rato me temblaban las piernas.

domingo, 28 de junio de 2009

Al final del Arcoiris


supongo que hay un elefante ..
El elefante es naranja en honor a mi amigo Pablo que me guió en la mezcla de colores. Y el cuadro no es todo amarillo desierto porque Nati COlo me llamó para merendar y me dieron ganas de pintarle AGUA.
Y lo que brilla es el esmalte caro que Solcita me regaló, que se ve q era caro porque también servía para pintar en hojas de 50 x 70 y trae un pequeño pincelito muy conveniente =)
Para mami que me pide que pinte un paisaje, lo que cuenta es la intención.

jueves, 25 de junio de 2009

Hermosas


"-¡Oye - gritó, tirándome una flor a la cabeza- ¿sabes cómo se convirtió Kasyapa en el primer patriarca? El Buda iba a empezar a exponer un sutra y doscientos cincuenta bikhus estaban esperando con sus manos en orden y las piernas cruzadas, y lo único que hizo el Buda fue levantar una flor. TOdos quedaron perplejos. El Buda no decía nada. Sólo Kasyapa sonreía. ASí fue como el Buda eligió a Kasyapa. Es lo que se llama el sermón de la flor, chico.-"
Kerouac, Los Vagabundos del Dharma

miércoles, 24 de junio de 2009

El sol se arrojaba de lleno por las ventanas como si fuera pintura. Uno de los chicos se quitó un zapato. Le decían Godoy, fruncía el seño y tenía rasgos de hombre, su cuerpo era pequeñito. Lo encontraba a veces en la puerta de la sala, con el rostro desencajado por el enojo pero sin llorar.
Era difícil ponerle el calzado porque doblaba el pie debajo de la silla, era flaco, temía quebrarlo.
-Quiero contarte una cosa- dijo musicalmente una voz, preferí la conversación al zapato. –Te escucho Mili, mi amiga Mili– Se señaló los ojos con un murmullo que no entendí. -¿Busco tus lentes?-, pregunté sintiéndome tonta al punto, no era nada de eso, quería que me acercara más:
-Germán estuvo llorando todo el rato.- Me confió contenta.
A mi espalda estaba Germán, con los ojos increíblemente negros y una nariz que parecía más grande cuando bajaba la cabeza. Un hilo de saliva nacía en su boca, navegaban sueños en barquitos de papel. Me le acerqué para saber si estaba triste. –No lo estoy- aseguró él con poco esfuerzo. Me gustaba así, tranquilo, porque casi no le costaba hablar. En el velorio de la mamá de Nico no había podido articular palabra, o tal vez lo enmudeció la muerte, que agujereaba a martillazos la pared. Nico estaba convencido de que la terapeuta del grupo también iría al cielo pronto, con su mamá.
- Yo lo cuido, llevame con él. – Demandó Mili con aplomo. La acerqué a Germán lo suficiente como para que hablaran entre ellos. Continué colocándole el zapato a Godoy, que se había quitado también el otro. Mili pidió desde mi derecha: -Preguntale a Germán si le gusta el fútbol.- Era muy tímida y nunca hablaba directamente con sus compañeros. -¿Te gusta el fútbol?- Le repetí a Germán, que había escuchado. –Si- dijo él y abrió grande la boca. –Preguntale qué jugadores le gustan.- sugirió ella. -No querés preguntárselo vos, te está escuchando-. Ante el silencio, formulé el interrogante. –Palermo- contestó y Mili movió los pulgares hacia abajo. Dejé las zapatillas de Godoy en el piso, tenía derecho a estar descalzo, además Tito estaba llorando a mares. Era un joven bizco, yo no sabía hasta ayer que podía hablar. De pronto con voz clara me había indicado: -Ahí no te puedo ver- y fue como si un libro o un muñeco me hablara. Creo que me asusté un poco, pero cambié de lugar y entonces estuve a su alcance y conversamos. Esta vez lloraba como un crío, no podía calmarlo, por último lo abracé desabrochándole los sujetadores del pecho y separándole la espalda de la silla.
Entonces reparé en Mili que le pasaba la mano por el cabello a Germán, susurrando:-Tranquilo, tranquilo, yo te cuido-. De pronto Germán declaró, con asombrosa claridad, que le molestaba el sol.
-¿A dónde puedo llevarte?- consulté, sus ojos eran una flecha que señalaba a Marianela. Lo había olvidado, Nela era su novia y además se veía preciosa, con el cabello brillante cayéndole en trenzas hasta la cintura. Deslicé la silla de Germán hasta el costado izquierdo de Marianela, ella miraba fijo hacia delante. Me sentí mal por haber propiciado las caricias de Mili delante de ella.
Luego nos fuimos del salón comedor, que se usaba como recepción en la mañana. Ya en el aula los chicos quedaron separados en dos grupos. Germán gritó su nombre desde la otra punta del cuarto, fue como un aullido o un lamento. La terapeuta que estaba peinándole las trenzas, dijo: -Nela está acá, enojada, como todos los días.- Miré los ojos de Nela, es cierto que era un poco soberbia y no andaba regalando sonrisas, de cualquier modo era mi preferida.– ¿Está enojada conmigo?- quiso saber Germán. La terapeuta comenzó a revisar los cuadernos, indiferente. -¿Estás enojada con él?- Investigué, por lo bajo. Ella movió la pera hacia el costado, decidida, eso significaba que no. -No está enojada con vos Germán, no está enojada con nadie-. Pero ella seguía taciturna.
-¿Querés decirle algo a Germán?- Señaló con la mirada en su comunicador, un cuaderno con símbolos variados, el dibujo de una casa.
-¿Te gustaría saber dónde vive? -Sí -dijo ella con énfasis, llevando los ojos hasta el techo y haciendo una mueca de sonrisa.
Nela quiere saber dónde vivís, le susurré a él mientras se iba, lo llevaban en su silla al baño.
-En mi casa- contestó orgulloso, sonriendo con la boca gigante.
Vive en su casa , le repetí a ella, yo vi como te miraba en el comedor.

sábado, 20 de junio de 2009

Mi zombie

Alquilamos una casa en vacaciones
me encontré con la noticia
De que adentro del armario
Había un zombie.
Su piel estaba verdosa
En las manos tenía moretones
Era alto y fornido.
Nos seguía a todas partes
Como un perro abandonado
O un autómata.
A la hora de dormir
Se ubicaba en un rincón cerca de las camas.
-Ese hombre no está muerto – dije a mi hermana-
Cuando lo miro fijo, desvía la mirada.
-Me clavaron un puñal –explicó el zombie
Con voz rasposa.
-Mi alma no se fue del todo,
Tiene la forma de un gato,
Está a la altura del pecho
Atorada-
y tosió-.
Quiero morir de una vez-.
-Creo que me gusta el zombie – le confesé a mi hermana-
Su piel violeta verdosa
Que no me mire a la cara
Para no intimidarme.
Como había que ayudarlo
presionamos en su pecho
Con fuerza,
Probamos con un martillo,
Lo pusimos de cabeza
a ver si el alma salía
Por la boca.
No tuvimos resultados
Y la verdad es que el zombie no entendía mucho.
Al fin le llegó la suerte
El día que le di un beso
Se le fue el alma del cuerpo
Del susto.
Dejó una nube amarilla
Y cientos de mariposas blancas
Ahora mi zombie está muerto
En el cielo no comprenden
Mis gustos.

martes, 16 de junio de 2009

La Mujer del Sombrero

Yo le pedía que me contara la historia de la mujer del sombrero y él no quería, no le gustaba contar dos veces la misma historia.
Durante el invierno nos citábamos en una galería techada. No teníamos dinero para entrar a un café y ahí estábamos resguardados de la lluvia y podíamos leer mientras esperábamos.
Eran sólo él y una señora vieja y pobre, con un vestido de gitana rojo, descolorido. El cabello blanco y enmarañado, formando una melena sucia, a la altura de los hombros. En los pies llevaba sandalias rotas, sin medias, hacía mucho frío. Murmuraba rítmica, constantemente. Aguzando el oído comprendió que recitaba el rosario. La mujer vieja estaba rezando, ¿qué le quedaba a ella? ¿a quién rezaría? ¿viviría por completo en el pasado? Esas cosas no las contestaba él, se limitaba a los hechos, que de por sí le incomodaba mucho describir más de una vez.
La mujer pobre tenía el pelo tan enredado que se le habían formado rastas, hasta la altura de los hombros. Y su vestido rojo de gitana tenía debajo una enagua, de las antiguas, y sus pies semidescalzos llevaban un anillo IMPRESIONANTE con una perla amarilla en el dedo gordo. Pero aún así era muy triste su estado y debía sentirse helada, aun cuando pudo haber vendido la perla y comprar abrigo. El zafiro era tan brillante que habría bastado para pagar una habitación en un hotel, comida y mucho más. Pero la gente loca, ella estaba loca, no tiene las mismas prioridades que otras personas.


Sucedió que la anciana excéntrica no paraba de rezar. -¿Te conté que en el pasado hablaba con Dios todo el tiempo?- Interrumpía a mi narrador, que ya lo sabía, -¿Crees que me volvería como la anciana de no haberme detenido?- Pero esas cosas no las contestaba, solo se atenía a los hechos.
La mujer rezaba y él sentado a poca distancia, afuera la agitación de Lavalle. Estaban muy solos ahí.

Lo curioso es que entraron una madre con su niña y un hombre mayor, con la afectación de quien ingresa a un restaurant. El hombre dejó su sombrero a un lado, la niña tomó el sombrero y dio varias vueltas, alrededor de los presentes, que la ignoraban. Cuando descubrió que la anciana murmuraba continuamente, y que probablemente era parecida a su abuela, se detuvo en seco. La vieja no la veía, aunque la tuviera delante, y la nena la estudiaba con descaro. Le tocó el anillo del pie, le tapó la boca con la mano, le acarició las rastas, como haría a una muñeca. Luego le puso el sombrero, esa es la parte de la historia que me gusta, la niña le puso el sombrero del hombre en la cabeza y siguió dando vueltas alrededor de todos, de a saltitos, hasta que se hizo la hora de la cita y el relator salió de la galería con aire resuelto.

viernes, 12 de junio de 2009

Así va a quedar mi disfraz

de ninja guerrera para el cumple de Nati, según mi mamá -inspirado en Oboro, de la película Shinobi-

El Pato modelando


La Pequeña Geisha

jueves, 11 de junio de 2009

El Oso Yogui Vuela

Me desperté a las 5 am sin razón aparente y mientras comía alfajorcitos jorgito de dulce de leche vi que en Animal Planet pasaban: Vuelo Yóguico!!!

1era etapa: saltar
2da etapa: levitar!
3era etapa: VOLAR

Ja! Sí que existía!

Por si fue un sueño (pq antes de dormir estaba viendo Shinobi) cuando me levanté me fijé en internet y está en google!!! no subo el video pq personalmente preferiría no haberlo visto jaja mejor usar la imaginación...

miércoles, 10 de junio de 2009

SAMBODROMO

Quiero aprender a sambar
y que me expliques
como diablos es que vos
movés tu cuerpo así,
quebrás tu cuerpo así,
no quiero más rocanrol,
quiero aprender a sambar

quiero aprender a sambar
y que tus ojos
se enamoren de mi cuerpo
quiero ser tu superman,
quiero ser tu sambaman,
no quiero más el bajón,
quiero aprender a sambar

quiero quedarme toda la noche
bailando samba con vos
ser el piloto de tus caderas
quiero aprender a sambar

quiero dejar de pensar
y que mi cuerpo
se mueva por si solo
quiero arrancarme la cabeza
quiero que crezca la maleza
no quiero más el bajón,
quiero aprender a sambar

y, así, los dos, sabes,
fundirnos en un cuerpo, amor
sentí la conexión
de nuestras almas, ves?
sentí como vibramos...
y escuchame bien, campeón,
dejate de joder y bailá,
vos sabes muy bien,
vivimos una vez nada más

quiero quedarme
toda la noche
bailando samba con vos
ser el piloto de tus caderas
y nos refleje el mar
porque bailar es amar
quiero aprender a sambar

jueves, 4 de junio de 2009

La Despedida - Manu Chao

Ya estoy curado
anestesiado
ya me he olvidado de tí...
hoy me despido
de tu ausencia
ya estoy en paz...
ya no te espero
ya no te llamo
ya no me engaño
Hoy te he borrado
de mi paciencia
hoy fui capaz...
Desde aquel día
en que te fuiste
yo no sabía
que hacer de tí
ya están domados
mis sentimientos
mejor así...
Hoy me he burlado
de la tristeza
hoy me he librado
de tu recuerdo
ya no te extraño
ya me he arrancado
ya estoy en paz...
ya estoy curado
anestesiado
ya me he olvidado.
Te espero siempre mi amor Cada hora, cada díaCada minuto que yo viva...
Te espero siempre mi amor...Te quiero... SiempreMi amor...

miércoles, 3 de junio de 2009

Esta ventana es la ventana de mi corazón

"El amor es así, Kafka Tamura. Si son tan sólo tuyos esos maravillosos sentimientos que casi te impiden respirar, también debes ser tú quien vague perdido por las profundas tinieblas. Y tienes que ser tú quien debe sorportar esas tinieblas con tu cuerpo y con tu corazón".


Kafka en la Orilla, de Murakami, lo terminé y lo extraño. Es un libro maravilloso. No se puede leerlo, sin hacer algo. No sé decir exactamente qué, pero a su debido tiempo uno simplemente lo sabe.

Ángel Guardián

Antes mi mamá lo tapaba a la noche porque decía que me daba pesadillas, pero en realidad es un ángel que me cuida. Y a ella le deben asustar mis cuadros